Amar de forma incondicional, confiar e invertir parte de tu tiempo en escuchar y apoyar; entregarte sincera y generosamente, hacer favores sin esperar nada a cambio y tener siempre disponible tu mejor sonrisa; no juzgar y desear de corazón lo mejor para el otro a pesar del tiempo o la distancia que os separen. Todo esto caracteriza a una verdadera amistad…
Y es que cuando es genuina, tiene un valor incalculable, porque representa al auténtico Amor, el no condicionado. Seguramente, tener un amigo de verdad representa la excelencia en cuanto a lo que esperar de un ser humano, ya que las amistades sacan lo mejor de nosotros, la verdadera esencia que llevamos dentro, aquella cuya expresión nos otorga tanta felicidad.
Dar lo mejor de uno mismo es mucho más fácil con un amigo enfrente, lo cual te da energía y una inestimable ayuda para conectarte con el entusiasmo. Confío en que tengas muchos amigos de verdad, pero de forma independiente, quiero que sepas que en mí tienes a uno; al fin y al cabo, cuantos más amigos consigo más oportunidades tengo de sacar mi mejor versión.
“Si quieres ser amigo de Dios, debes quedarte solo o ser amigo del mundo entero” Gandhi
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia