La Alegría y la Satisfacción Están Ancladas en el Presente

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Introducción

Tú y yo, que vivimos en el lado amable del mundo, somos parte de ese 20% de la humanidad que consume el 80% de los recursos del planeta, y aún así parece faltarnos algo. Tú y yo, que “disfrutamos” de una increíble variedad de productos para nuestro confort, seguimos sintiéndonos vacíos y solos, a pesar de las infinitas formas para conectarnos con otros…

Es evidente que la felicidad está disociada de todo lo externo. Al fin y al cabo, su definición habla de un estado de ánimo que supone una satisfacción; y todo eso es interno. Sufrimos al proyectarnos mentalmente al futuro o al pasado, ya que, la alegría y la satisfacción están ancladas en el presente. Así que, pregúntate, ¿cómo me siento ahora y dónde está mi mente?

Abandonar el momento presente es un hábito adquirido desde pequeños, y lo hemos practicado tanto que, nuestra mente no-consciente, lo hizo suyo para ahorrarnos trabajo; es como conducir un vehículo o cocinar algo durante años. Ahora toca desaprender, aunque nos de pereza. De lo contrario, seguirás obviando la “X” que marca donde se encuentra el tesoro.

“Si quieres conocer el pasado mira el presente que es su resultado. Si quieres conocer el futuro, mira el presente que es su causa”

Buda

Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia

En un mundo donde el consumo y la conexión digital parecen ofrecernos una vía hacia la felicidad, nos encontramos a menudo sintiéndonos más vacíos y desconectados que nunca. Este sentimiento de insatisfacción nos lleva a preguntarnos: ¿dónde reside realmente la alegría y la satisfacción? La respuesta, como bien señala Miguel Ángel Pérez Ibarra, está en el presente.

Cultivando la Presencia en el Día a Día

Para reconectar con la alegría y la satisfacción que inherentemente residen en el presente, es esencial cultivar la práctica de la atención plena. Aquí te presentamos algunas estrategias para integrar la presencia en tu rutina diaria:

  • Meditación Diaria: Dedica unos minutos cada día a sentarte en silencio, observando tus pensamientos sin juicio y volviendo tu atención a la respiración cada vez que tu mente divague.
  • Gratitud: Al inicio o al final del día, reflexiona sobre tres cosas por las que estás agradecido/a. La gratitud nos ancla en el aprecio por lo que ya tenemos y lo que somos en el presente.
  • Conexión con la Naturaleza: Pasar tiempo en la naturaleza nos ayuda a salir de la vorágine de pensamientos y preocupaciones, reconectándonos con el aquí y ahora.

Para profundizar en la sección «Cultivando la Presencia en el Día a Día», podemos explorar con más detalle cómo integrar prácticas de atención plena en nuestras rutinas cotidianas, transformando actividades comunes en oportunidades para fomentar la conexión con el presente.

Integración de la Atención Plena en Actividades Cotidianas

La atención plena no tiene que limitarse a momentos específicos de meditación; puede ser una parte integral de todas nuestras actividades diarias. Aquí te ofrecemos algunas maneras de incorporar la presencia consciente en tu día a día:

  • Alimentación Consciente: Transforma cada comida en un acto de atención plena. Antes de comenzar a comer, toma un momento para agradecer por los alimentos. Mastica lentamente, prestando atención a los sabores, texturas y aromas. La alimentación consciente no solo mejora la digestión, sino que también te permite disfrutar plenamente de la experiencia de comer.
  • Caminatas Conscientes: Ya sea en tu camino al trabajo o durante un breve descanso, practica la caminata consciente. Concéntrate en el movimiento de tus pies, la sensación del aire en tu piel y los sonidos a tu alrededor. Esta práctica te ayuda a reconectar con el entorno y contigo mismo.
  • Tareas Domésticas: Incluso las tareas domésticas pueden convertirse en una práctica de atención plena. Al lavar los platos, limpiar o ordenar, enfoca toda tu atención en la tarea que tienes entre manos. Observa cómo cada acción se convierte en una meditación en movimiento, permitiéndote encontrar calma y satisfacción en las actividades más simples.

Creando Espacios de Silencio

En un mundo lleno de ruido y distracciones, es esencial crear intencionadamente espacios de silencio en nuestra vida. Dedica algunos momentos del día a estar en silencio, sin dispositivos electrónicos ni otras distracciones. Este tiempo de silencio puede ser una oportunidad para reflexionar, meditar o simplemente ser. El silencio nos ayuda a escuchar nuestra voz interior y a reconectar con nuestras necesidades y deseos más profundos.

La Práctica de la Escritura Reflexiva

La escritura reflexiva es otra herramienta poderosa para cultivar la presencia. Dedica unos minutos cada día a escribir tus pensamientos, sentimientos y experiencias. Este ejercicio no solo te permite procesar tus emociones y clarificar tus pensamientos, sino que también te invita a reflexionar sobre tu día a día desde una perspectiva consciente y presente.

Cultivar la presencia en el día a día es un viaje continuo de autoconocimiento y crecimiento. Al integrar estas prácticas en tu vida, no solo mejorarás tu bienestar emocional y mental, sino que también descubrirás una mayor alegría y satisfacción en cada momento presente.

Ejercicios Prácticos para Reforzar la Presencia

  1. Respiración Consciente: Varias veces al día, haz una pausa para realizar tres respiraciones profundas, enfocándote completamente en el aire entrando y saliendo de tu cuerpo.
  2. Observación Detallada: Elige un objeto cotidiano y dedica unos minutos a observarlo con atención, notando detalles que normalmente pasarías por alto.
  3. Escucha Activa: En tus interacciones con otros, practica la escucha activa, prestando total atención a lo que la otra persona está diciendo sin planear tu respuesta mientras habla.

Conclusión

La verdadera alegría y satisfacción se encuentran en la capacidad de vivir plenamente el momento presente. A través de la práctica consciente y ejercicios dedicados, podemos desaprender el hábito de proyectarnos constantemente hacia el futuro o el pasado, y en su lugar, descubrir el tesoro que siempre ha estado ante nosotros: el regalo del ahora.

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