Tú y yo, que vivimos en el lado amable del mundo, somos parte de ese 20% de la humanidad que consume el 80% de los recursos del planeta, y aún así parece faltarnos algo. Tú y yo, que “disfrutamos” de una increíble variedad de productos para nuestro confort, seguimos sintiéndonos vacíos y solos, a pesar de las infinitas formas para conectarnos con otros…
Es evidente que la felicidad está disociada de todo lo externo. Al fin y al cabo, su definición habla de un estado de ánimo que supone una satisfacción; y todo eso es interno. Sufrimos al proyectarnos mentalmente al futuro o al pasado, ya que, la alegría y la satisfacción están ancladas en el presente. Así que, pregúntate, ¿cómo me siento ahora y dónde está mi mente?
Abandonar el momento presente es un hábito adquirido desde pequeños, y lo hemos practicado tanto que, nuestra mente no-consciente, lo hizo suyo para ahorrarnos trabajo; es como conducir un vehículo o cocinar algo durante años. Ahora toca desaprender, aunque nos de pereza. De lo contrario, seguirás obviando la “X” que marca donde se encuentra el tesoro.
“Si quieres conocer el pasado mira el presente que es su resultado. Si quieres conocer el futuro, mira el presente que es su causa” Buda
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia