Una de las mayores necesidades del ser humano es amar y ser amado. Pues bien, quiero decirte algo, yo te amo; al menos en un nivel similar al que me amo a mí mismo. Porque si existe una razón por la cual me levanto temprano, medito, hago deporte, me alimento sano y descanso adecuadamente, es para sentirme más y mejor cada día. Y cuanto mejor estoy yo, más te puedo compartir. ¿No es acaso esta una idea simple? Soy de los que cree que la verdad siempre es sencilla, fácil de sentir y disfrutar. Te invito a que pienses en ello…
A mi me encantan las personas. Y tanto es así, que un día lo abandoné casi todo para investigar cómo ayudarlas. Dejé atrás todo lo que me significaba una vida cómoda, y con el tiempo, llegué a la conclusión de que fue la mejor decisión que podía haber tomado. Tuve miedo, pero eso es normal, las personas tomamos decisiones en función del conocimiento que tenemos de la situación, de nuestro estado emocional, y algo que casi todo el mundo pasa por alto, que es el nivel de conciencia que tenemos en ese momento en nuestra vida.
Y digo yo, si lo más importante es amar ¿a qué esperas para hacerlo? Recuerda que lo primero es amarte tu, y por eso tenemos que tratarnos bien y cuidarnos mucho. Y una vez lo hayamos integrado en nuestra rutina diaria ¿Cuál crees que será el siguiente paso? Pues efectivamente ¡Compartirlo! Así que te invito a que abraces más, a que beses más, a que acaricies más… Y que lo hagas ahora, en la primera oportunidad que se te presente, porque más allá de la timidez y la vergüenza del qué dirán, está nuestro niño o niña interior deseando expresarse… Ese, que como el mío, está siempre buscando el momento para que le digan y decir “te amo”.
Gracias al maestro Alfredo Mantovani por sacar lo mejor de mi y confirmarme que no hay edad para mantener la ilusión por el aprendizaje y la enseñanza…
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia