Miedo sólo hay uno, aunque tenga más de mil caras; y este a su vez, en su afán de protegerte, y en ocasiones de protegerse a sí mismo, genera su propio sistema de defensa. Lo conoces como rabia, enojo, coraje o enfado entre otros. Diferentes nombres para sentimientos similares con una emoción en común, la ira. De este modo, podemos afirmar que la única función de la ira consiste en defender al miedo que la ampara y alimenta. Cuando el hijo se cae, la madre se asusta y se preocupa, y al comprobar que se encuentra bien, le regaña con violencia, no porque tenga sentido hacerlo, sino como modelo de conducta que auto-perpetua el mismo miedo de generación en generación…
A lo largo de la historia, la verdad se ha tergiversado con objeto de multiplicar el miedo de las personas que ya lo tenían, manipulándolas. Con ello se logró declarar guerras, conquistar territorios y, en definitiva, aumentar aún más el poder de unos pocos. En estos días, asistimos impotentes a un lamentable enfrentamiento político, a la ruptura de una sociedad dividida por una idea cuyo objetivo es separar en lugar de unir, y que parece tener más importancia que las mismas personas que la defienden. Hoy es bueno recordar, que más allá de tu ideología, la emoción en común de todas las personas en conflicto es el miedo. Y que una vez más, unos cuantos “listos” desean perpetuarse en el poder, a sabiendas de que avivando el fuego del temor, la violencia que lo defiende hará el trabajo sucio por ellos.
Y nos ha vuelto a pasar, y una vez más los que más miedo tienen se han vuelto a identificar con ideas ajenas como si fueran propias, defendiendo con ira, provocación y violencia una ideología cargada con tanto miedo, que ni siquiera ellos pueden entender ni explicar. Sólo atacan cualquier cosa que se interponga en su camino, incluida su propia familia o a los amigos que no piensan del mismo modo.
El miedo se defiende, con la violencia de un animal acorralado en busca de supervivencia, a cualquier precio y más allá de toda consecuencia. El miedo tiene un objetivo, y sin embargo ninguno de los violentos obtendrá recompensa, pues sólo los “poderosos” saldrán beneficiados, el resto volverán a sus “casas rotas”, pensando que hicieron lo correcto, o que al menos lo intentaron. El miedo tiene futuro, porque más allá de lo que pase, algunos creerán haber ganado algo, y sin embargo todos habrán perdido; sólo unos pocos se enriquecerán con esto, y es que si algo nos ha enseñado la historia, es que estás condenado a repetirla si no aprendes de ella.
Viendo todo esto en la distancia pero con tanta cercanía, y más allá de ideologías políticas, mis condolencias para el pueblo catalán. En este momento, lo único que se me ocurre hacer, es agradecer y bendecir con Amor todo lo importante que tengo, mi familia, mi pareja y mis amigos. Y te sugiero que hagas lo mismo, para que toda esa energía se extienda; porque quién sabe, quizá logremos que las cosas cambien si nosotros empezamos a cambiar.
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia