Ahora que el calor aprieta y el cuerpo parece pedirnos mas descanso, me vienen a la cabeza algunas de las personas que he tratado con pereza, desgana o desmotivación. Y en todos los casos los síntomas son similares, ausencia de energía, pena, desconexión del mundo que los rodea y desinterés. Son personas inmersas en una especie de depresión donde ninguna meta parece satisfactoria. Que se preguntan ¿para qué? Sin obtener respuesta. Y a las que ningún beneficio les compensa del esfuerzo necesario para lograrlo.
Las razones pueden ser varias, padres separados o en conflicto, excesiva sobreprotección, deseos y frustraciones proyectadas desde los progenitores hacia sus hijos, actitudes para llamar la atención en el caso de los más pequeños, y un largo etcétera que podría servir para explicar los síntomas, especialmente en niños y adolescentes.
¿Y con los adultos? Con ellos ocurre algo curioso, ya que sistemáticamente, aparece la culpa y su correspondiente castigo, el “No me lo merezco”. Y lo que no se merecen es el Amor, en forma de atención, reconocimiento, o recompensa material. Por eso hacen poco o nada para conseguirlo, se acaban conformando con lo justo, lo suficiente para subsistir dentro de su propia percepción de la realidad. Una percepción del mundo complicada y amenazante, donde actuar implica un posible fracaso, o peor aún, volver a sentirse no aceptados. Algo que les ocurre de forma constante, puesto que el veto siempre es no-consciente, interno y autoimpuesto.
En el lado opuesto se encuentra la acción, especialmente la que viene acompañada de entusiasmo, arquitectos de todo éxito. Y es que cuando agradeces lo que ya tienes, y te sientes merecedor de lo que vas a conseguir, fruto de tu esfuerzo y determinación, el entusiasmo fluye a través de ti, y entonces, el universo se pone de tu parte. Y recuerda la frase de Don Gregorio Marañón, “La capacidad de entusiasmo es signo de salud espiritual.”
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia
Hola Miguel Angel:
Me encantó un seminario tuyo.
Un saludo desde Puerto Rico.
Exitos!
Muchas gracias Farah, me alegra saber que te gustó, confío en que sigas disfrutando del blog, saludos cordiales. Miguel Ángel