Todos tenemos miedo, aunque no todos lo sentimos y experimentamos de la misma forma… Para entenderlo mejor podemos dividirlo en dos tipos: el primero es parte de nuestro cuerpo animal, el simple instinto de supervivencia que nos ha mantenido vivos todo este tiempo. Lo tenemos impreso genéticamente y nos sirve para identificar y prestar atención a cualquier situación potencialmente peligrosa para nuestra integridad física…
El segundo es totalmente diferente, ya que sólo existe como consecuencia de la falta de ando comenzamos a buscar el Amor más allá de nosotros mismos, habitualmente intentando captar la atención de los demás. Y es en ese instante cuando iniciamos un viaje que nunca llegará a su destino, porque si el Amor lo sientes en tu interior, cómo lo vas a encontrar más allá de ti…
Este último miedo es el que tiene tantas caras y nos afecta de muchas y variadas maneras, tantas como formas de compararnos con los demás. De él surgen todas las emociones y sentimientos no adaptativos que nos hacen sufrir, y por él creamos los patrones de evitación y las creencias que nos limitan, por ejemplo cuando huimos de los problemas, evitamos hablarlos, bloqueamos el llanto con el que desahogarnos, e incluso, cuando nos enfermamos con tal de no hacerle frente… Y todo por algo que sólo existe en tu imaginación.
Cuando tienes miedo lo primero que notas es ausencia de Amor, desconfianza e inseguridad, hasta el punto de no poder visualizarte haciendo aquello que te encantaría. Si le das valor y no te enfrentas a él, con el tiempo empezará a somatizarse en tu cuerpo, y sentirás una inquietud que te va a acompañar para siempre, salvo que la trabajes conscientemente. A largo plazo desarrollarás patrones de pensamiento, conducta y actitudes de evitación, o lo que es peor, de enfrentamiento, como la ira, la impotencia o la frustración constantes. De ahí a enfermar sólo hay un paso, que llegará nos guste o no.
Comprender y afrontar los miedos día a día es una forma de crecer como personas y superarlos, porque la evitación y el rechazo sólo los enquistan aún más. De ti depende, desafía a tu miedo, sube un peldaño más cada día, obsérvalo a los ojos y date cuenta de que sólo es un producto de tu imaginación. Lograrlo tiene múltiples ventajas, entre ellas confiar más en ti y sentir que todo es posible, lo cual seguro te hace sentir bien, lo que indicará que eso es cierto y una verdad para ti.
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia