Ya hemos comentado en varias ocasiones la importancia de la conciencia emocional, o la práctica de hacerse consciente de lo que sentimos a cada instante. Todos decimos, aunque la mayoría con la boca pequeña, que queremos ser felices y disfrutar de nuestra vida, pero ¿se puede disfrutar algo solamente pensándolo? yo entiendo que no. La única forma de hacerlo entonces, al menos que conozca, es sintiéndolo. Y para ello precisas practicar a diario la conciencia emocional, de lo contrario, va a ser complicado saber si disfrutas tu vida o no…
También sabemos que la forma en la que nos hablamos a nosotros mismos determina cómo nos sentimos, luego utilizar las palabras y el tono adecuado para nuestro diálogo interno es otra de las tareas a practicar a diario. Una pregunta ¿Eres capaz de decirme cómo podrías saber en todo momento si la forma en la que te hablas es la más adecuada para ti? Correcto, practicando conciencia emocional, haciéndote consciente de lo que sientes…
Una de las curiosidades que he observado en muchas de las personas con las que trabajo, es la dificultad que tienen para determinar las emociones positivas o adaptativas que perciben. Te pueden decir que tienen rabia, miedo, impotencia o tristeza entre otras, pero cuando se sienten bien, a menudo afirman no sentir nada. Quizá esto sea consecuencia de que estamos más acostumbrados a escuchar y utilizar un lenguaje emocional “negativo”.
Y no es por falta de palabras relacionadas con el bienestar, sino más bien por la ausencia de una educación emocional de calidad. De hecho nos sentimos bien de muchas formas, por ejemplo podemos estar: Alegres, contentos, dichosos, felices, entusiastas, animados, confiados, seguros, fascinados, optimistas, encantados, cariñosos, afortunados, tranquilos, amorosos, gozosos o pacíficos, sólo por nombrar algunos, ya que hay muchos más…
Como ves, si de verdad quieres disfrutar de todo lo bueno que ya tienes, empezar a sentirte mejor o, simplemente sentir la vida, practica conciencia emocional; el arte de ser consciente de qué sientes en cada momento, todos los días. No vaya a ser que en algún momento te sientas feliz, y ni siquiera te des cuenta…
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia