Falta de Atención

Inicio » Falta de Atención

Trabajamos duro para lograr algunos objetivos y muy poco para alcanzar otros. Es como si para unas cosas todo fuera fácil y fluido, y para otras el camino pareciera estar lleno de obstáculos y dificultades. Casualmente, lo que nos resulta más sencillo acostumbra a ser poco saludable o tiene poco que ver con amarnos a nosotros mismos; y lo que es aparentemente más complicado de realizar, nos sienta de maravilla cada vez que lo probamos. Se podría explicar pensando que son hábitos, al fin y al cabo casi todo el mundo actúa del mismo modo, pero estoy seguro de que se trata de simple falta de atención.

Y es que el sencillo hecho de prestar atención a los segundos previos al inicio de cualquier acción, nos permite conocer el resultado de dicho acto incluso antes de realizarlo. Cada vez tengo más conciencia de la facilidad con la que una y otra vez repetimos patrones de conducta no adaptativos… Que solemos pensar, hacer y decir las mismas cosas un día tras otro, aunque nos duelan, especialmente cuando nos encontramos en circunstancias similares.

¿Y cómo podríamos estar atentos a los momentos previos a cualquier acción? Pues hay muchas maneras de conseguirlo, hablamos de instaurar un nuevo y sencillo hábito de atención y escucha, como otros muchos que ya tenemos y que son bastante más complejos aunque no seamos conscientes de su dificultad por el hecho de tenerlos automatizados. Os voy a proponer una forma, la mía, y es bien simple… Sólo hay que respirar.

Cada vez que vayas a hablar con alguien, a contestarle, o estés pensando en iniciar una acción, date la oportunidad de hacer una respiración bien profunda, soltando el aire lentamente mientras te percibes y preguntas qué es lo que sientes; entonces serás consciente del (“desde donde lo haces”). A continuación, cuestiónate sobre el “para qué” vas a invertir esa energía. La suma de estas respuestas es la información que necesitas para conocer la consecuencia probable de tus actos, y eso, acaba siendo lo único importante.

Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio