Un maestro no tiene que ser exitoso, al menos desde la creencia general de lo que eso implica. No necesita alcanzar objetivos populares, más allá de los que él mismo se haya marcado. No se sacrifica por nadie, más al contrario se siente gozoso por todo lo que hace resultándole placentero el compartirlo. No atesora posesiones, las libera, evitando el miedo a perderlas.
Un maestro no busca atajos, hace de la paciencia su mejor virtud. No busca reconocimientos externos ni valores añadidos en lo que hace, piensa y actúa en beneficio de todos. No pretende enriquecerse, pero evita las deudas que le impiden estar en paz consigo mismo y con los demás. Ahora, puedes reconocer a un maestro y decidir serlo o continuar como alumno…
Dicen que el maestro aparece cuando el alumno está preparado, pero yo creo que es al contrario; porque el verdadero conocimiento se obtiene cuando enseñas o demuestras algo muchas veces, y para eso necesitas de alumnos. Por esa razón te estoy tan agradecido, a ti y a todos aquellos que estén dispuestos a escucharme y permitirme seguir aprendiendo…
“El principio de la educación es predicar con el ejemplo” Turgot
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia