Cuando alguien elige sanarse de verdad, lo hace, sin excusas. Si decide buscar ayuda externa, más allá de la terapia que utilice, es imprescindible su total y sincera implicación en la resolución del conflicto o enfermedad. De lo contrario, el trabajo y tiempo invertidos se pueden transformar en un gran parche que sólo oculte temporalmente los síntomas.
Mejorar no es gratis, pero también es cierto que no hay mejor inversión que la realizada en uno mismo. Es como apostar a la ruleta, cuanto más arriesgas mayor cantidad puedes ganar. Y puesto que hablamos de mejorarnos a nosotros mismos, ¿se te ocurre mejor inversión que tú? Además, con las ganancias obtenidas se benefician todas las personas de tu entorno.
El crecimiento personal no es fácil ni rápido, pero hay pocas cosas más satisfactorias y con mayor índice de felicidad a largo plazo que recoger los frutos de tu propia cosecha. Te animo a iniciar tu proceso hoy mismo, dando un paso fuera de tu zona de confort, sé que tienes miedo, yo también, pero no estás solo y hallaras mucha ayuda en el camino, siempre aparece, confía.
“Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad” Carl G. Jung
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia