Cuando tienes todo lo que deseas y la vida te sonríe, cuando puedes ayudar a tanta gente con lo que haces y tu trabajo te hace feliz; cuando se te hace tan fácil empatizar con otros y comprender sus emociones y sentimientos; cuando entiendes que los estados de ánimo varían según pequeños detalles, cuando eres flexible para amoldarte a cada situación con facilidad…
Entonces, puede pasar y pasa algo en tu vida para lo que crees estar preparado, algo que has previsto y esperabas, una situación en la que tomas las decisiones y al final, te acabas rompiendo por dentro… afortunadamente para volver a construirte.
Me encanta lo imprevisible de la vida, me encanta integrar que no controlo nada, me encanta ser y sentir cada momento como el último y me siento agradecido por ello.
Saberse vulnerable y airearlo es la mejor forma de tomar conciencia de que eres el responsable de todo lo que te pasa en tu vida. Al fin y al cabo nadie puede dañarte, emocionalmente hablando, excepto tu mismo…
“No es posible despertar la conciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que parezca, para evitar enfrentarse a su propia alma. Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, si no haciendo consciente su oscuridad” Carl Jung.
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia.