Podría decirte que te quiero, pero no sería cierto, como se puede querer lo que ya tenemos y de cuya compañía a menudo disfrutamos. Podría decirte que te extraño, pero no sería cierto, cómo se puede extrañar aquello que tan sólo recordando podemos volver a experimentar. Podría decirte que te necesito, pero no sería cierto, cómo iba a necesitar a alguien a quién un pequeño enfado le hace cambiar de opinión, olvidando todo lo bueno compartido…
Desconfía de quien pronuncia “palabras bonitas” pero luego se enfada y acaba tomándola contigo. Desconfía de quien mantiene la sonrisa sólo en los momentos en los que todo está saliendo bien. Desconfía de quien bien te quiere sólo cuando puede obtener algo a cambio…
Yo prefiero simplemente amarte, y sé que es cierto porque en todo momento me hace sentir bien; porque nunca espero nada que venga de tu parte, pero cuando viene siempre es una sorpresa agradable; porque siempre te deseo lo mejor; porque reconozco que siempre aportas cosas muy valiosas a mi vida; y porque siempre te disfruto, en tu compañía y en tu ausencia…
Así que si te hace sufrir no lo llames Amor, llámalo querer, extrañar o necesitar, que es culpar al otro por nuestro propio vacío…
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia