La mayoría creemos que, en general, actuamos libremente; pero lo cierto es que todos somos prisioneros de nuestros condicionamientos. Algunos, se fundamentan en nuestra propia experiencia personal pero, la mayoría, los incorporamos a nuestro catálogo particular en base a los paradigmas familiares, sociales, culturales o religiosos con los que crecemos.
En nuestra constante búsqueda de reconocimiento, actuamos diferente en función de las personas o circunstancias que nos rodean. Así, evitamos o modificamos comportamientos de forma no-consciente, renunciando a la libertad de cómo proceder en cada momento y, por tanto, también a relacionarnos de forma auténtica con los demás, a fluir.
Jugando con las palabras, para mí el “condicionamiento” es “Pensar o realizar una acción a condición de mentirme”; es decir, asociar ideas y creencias, casi siempre falsas, de forma automática, impidiéndome actuar como realmente soy. Por fortuna, la práctica del auto-conocimiento, las terapias o la meditación, nos ayudan a acercarnos a nuestro diseño original.
Y es que, como dijo Bruce Lee, tomar la forma del recipiente no cambia al agua… “Be Water my Friend”
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia