¡Me encantan los proverbios! En especial, su capacidad para aclarar o reforzar argumentos. Además, son geniales para usarlos a conveniencia apoyando determinados contextos, incluso contradictorios. Por ejemplo: “A quién madruga Dios le ayuda” o “No por mucho madrugar amanece más temprano”. Ambos pueden ser acertados y, al mismo tiempo, opuestos.
Uno muy conocido reza: “El saber no ocupa lugar”; cierto, aunque posiblemente algo sobrevalorado. Quizá un vasto conocimiento haga de ti un erudito, pero eso no te otorga sabiduría, que es la aplicación práctica del conocimiento. Algo no experimentado, hace que el saber se quede en simple teoría, por eso arrepentirse del pasado es negativo, porque significa renegar de tus aprendizajes.
Para mí es más acertado, “El Amor incondicional no ocupa lugar”. Ya que este tipo de Amor siempre es beneficioso y su capacidad para hacerte sabio, mucho más alta que el simple conocimiento. De hecho, tu capacidad de Amar es proporcional a tu potencial para obtener discernimiento, aquello que te permite distinguir entre lo real y lo ilusorio.
“No sabe más el que más cosas sabe, sino el que sabe las que más importan” Bernardino Rebolledo
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia