¿Por qué deberíamos de pensar y actuar de forma bondadosa? En todas las culturas y filosofías se habla del Amor y la bondad hacia nosotros mismos y los demás como fuente de bienestar y Paz interior. Sin embargo, nos guardamos dicha actitud para algunos momentos o personas “especiales” ¿Qué nos impide entonces tener siempre una actitud tan positiva?
Pues por extraña que parezca, la respuesta suele estar en el temor a estar bien, en el miedo al mayor bienestar que se pueda llegar a experimentar, el de “Ser” uno mismo, alcanzando la quietud de la que estamos hechos. ¿Y para qué evitar esa maravilla? Pues para castigarnos por el gran sentimiento de culpa que la mayor parte de las personas cargan consigo…
Ahora imagina las cosas, situaciones y personas como recipientes de cristal perfectamente transparentes, así es todo en sí mismo, neutro. Pero cuando añadimos un juicio, es como si llenáramos esos recipientes con un líquido, y este puede ser desde transparente como el agua pura, a totalmente oscuro, como un café bien cargado. ¿Cuál crees que te inquieta más?
“Ni buenas ni malas, ni santas ni pecaminosas, así son todas las cosas; los juicios que realizas no cambian su condición, solo tu impresión sobre ellas.”
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia