Se habla mucho de la evolución de las terapias, de los grandes avances técnicos, de la investigación y el desarrollo aplicado al tratamiento de enfermedades, o mejor dicho, de los síntomas. Pero ¿qué es la salud? Conozco a varias personas con un físico envidiable, aspecto saludable y sonrisa perfecta que están muertas en vida, vagando sin rumbo ni destino.
Creo firmemente que la única y verdadera revolución de la salud vendrá de la “Educación Emocional”. Porque no importa lo buen terapeuta o médico que seas, lo avanzado que estés en tecnología, la última súper técnica que hayas estudiado, e incluso, lo sobrado que vayas de buena voluntad; cuando te llega un paciente que no se quiere curar, estás más perdido que él.
Se nos olvida que podemos curar el cuerpo pero no el alma; que como dice Jorge Carvajal, “Sin modificar las actitudes frente al mundo, no se ha sanado la vida”. Por eso, si te dedicas a la salud, además de maestro, también tienes que ser aprendiz, porque hay que educar a los pacientes, sí, pero no sólo con la bata blanca y la pastilla, también con el corazón y el ejemplo.
“Parte de la curación está en la voluntad de sanar” Séneca
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia