Pensar que tienes buena suerte la atrae, lo creo firmemente, y ya sabes que cuando lo crees, lo creas. Me siento afortunado por todas las cosas que he vivido, por la gente que conozco y por las situaciones que me acontecen; y cuando podría sentirme mal por circunstancias que no dependen de mi, pienso, “de todo lo que pasa siempre es lo mejor”, y eso me tranquiliza.
Si crees que el proceso que te acabo de describir es algún tipo de optimismo simplista o inocencia adulta, puede que tengas razón… Sin embargo, para mí es otra forma de percibir la “realidad”, me enfoco en los aprendizajes y evito sufrimiento y preocupaciones. Además, un hábito así, te convierte en un ejemplo para las personas que te rodean, otra ventaja más.
Habría cien cosas que podría decirte para justificar que, si estás leyendo esto, eres casi, tan o más afortunado que yo; pero esa no es ni mi intención ni la de este texto. Simplemente me encantaría que alguien comentara que va a practicarlo o, que ya lo está haciendo y le funciona. Así no me sentiría como un loco feliz, aunque en el fondo, estoy encantado de serlo…
“Cambiar tu percepción sobre lo que sucede, transforma lo que te sucede.”
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia