Es fácil apreciar cómo plantas y animales viven en coherencia, el equivalente humano a actuar igual que piensas y sientes. Quizá esa sea la razón por la que nos encontramos tan a gusto en contacto con la naturaleza, además de disfrutar de una compañía que no nos juzga.
Dicen que todos somos uno, luego nuestra actitud tiene una gran influencia sobre los demás, por eso valoro el reconocer que he cometido muchos errores. Víctima de la ignorancia me enfoqué en los defectos y conflictos, en lugar de en logros y virtudes. Es más, en la actualidad sigo equivocándome a menudo. Lo sé porque aún ni abrazo ni disfruto todo lo que me gustaría. La buena noticia es que he aprendido mucho durante este tiempo, por ejemplo que…
…tras la rutina se oculta la apatía; tras el hábito, la presunción del “ya lo sé”; tras la costumbre la norma del “como debe ser…”; y tras la tradición, la trampa del “como siempre ha sido…”. Me comprometo a ser mejor que antes, a cuidarme más y a realizar todas esas cosas que me apasionan, atrayendo coherencia a mi vida. Así, todos salimos ganando, y tú ¿te apuntas?
“Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo.” Aldous Huxley
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia