Tan cierto como que existe el Amor, existe el miedo. Como hay situaciones agradables, las hay desagradables. Todos hemos pasado por momentos difíciles, pero el cómo los vivimos, nuestra forma de interpretarlos, decidirá si la experiencia nos suma o nos resta. Lo importante entonces es el estado, es decir, cómo te sientes llegado el momento.
Otra cosa distinta es cómo lo recuerdas, es decir, cual es la historia que te cuentas a ti mismo y a los demás sobre lo que ocurrió, eso define tu manera de ser y de si aprendes o no sobre lo que aconteció. Lo curioso, es que el 90% de nuestros recuerdos son construidos, es decir, que rara vez recordamos la verdad…
Entonces ¿nos engañamos sobre el pasado y la forma en que nos afectó? Absolutamente. Y puestos a inventar porque no hacerlo cuando estamos bien, centrados y contentos, seguro que nuestra historia sonaría muy distinta. Y es que hablar del pasado cuando nos sentimos mal o bajos de energía, dificulta el que nos salga algo bueno de la cabeza…
Emil Cioran escribió: “La mentira es una forma de talento”, pues úsalo para hacerte sentir mejor a ti y al resto. Puestos a tergiversar el pasado, que al menos sirva para enriquecer tu presente y tu futuro…
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia