Seguro que en más de una ocasión te has despertado en plenitud, con energía, buen humor, entusiasmo y motivación. Cuando te levantas así, la vida parece sonreírte, los problemas se desvanecen y sientes una gran confianza en poder lograr todo lo que te propones. Son días para disfrutar, pero sobre todo, para hacernos el gran favor de actuar en consonancia a cómo nos sentimos.
El ser humano por lo general es extraordinario, sin embargo, muchos de nosotros malgastamos el gran potencial que tenemos realizando trabajos que nos disgustan, manteniendo parejas que ya no deseamos o pasando nuestro tiempo libre con personas que en lugar de sumar, restan.
Si tienes la suerte de experimentar una de estas jornadas “diferentes”, aprovecha la ocasión para actuar distinto, llama a ese familiar o amigo con el que tanto hace que no hablas, realiza tu trabajo con la ilusión del primer día, o abraza a un ser querido como si fuera la última vez. Son acciones excepcionales que, aunque sólo sean por esas horas, aportan un valor notable al resto de tu vida.
“No cuentes los días, haz que los días cuenten” Muhammad Ali
Texto original de Miguel Ángel Pérez Ibarra para Emoconciencia